La casita de chocolate y el ascensor.

Ayer lo hablaba con  una vecina.
¿Porqué la casita de chocolate del cuento no era sin gluten? Y la cómoda señora me dijo: "Si hombre, que la iban a hacer sin gluten para que tú la puedas comer"
"Pues si" Iba a decirle yo... Pero ya empezó mi madre, y os lo voy a contar tal cual, porque ha sido genial.
"Pues debería ser sin gluten. Y debería serlo por la misma razón que usted coge el ascensor para subir al quinto. Yo no necesito ascensor, ¿para qué lo quiero? Es más, hablaré con el presidente para que lo condenen. Es un espacio, que a mi modo de ver, resulta inútil. Cuánto antes lo quiten mejor. Porque... ¡No van a hacer un ascensor solo para que usted pueda subir sin esfuerzo, ¿verdad?"
Teníais que haber visto la cara de la señora... ¡Menuda es mi madre!
Pero no se quedó callada, no... Tuvo el valor de contestarle:
"Hombre... El ascensor no es lo mismo"
"Por supuesto que no es lo mismo, por supuesto. Ahí le doy la razón. El ascensor es un lujo, usted tiene escaleras que puede utilizar cuando quiera... Pero la comida... Con la comida no se juega, ¿nunca lo ha oído?"
La pobre mujer ya no pudo decir ni una sola palabra más...
Jajajaja, me reí mucho... Sobre todo, cuando mi madre dice  a las otras dos vecinas que estaban escuchando: "Para la próxima, ¡Casita de chocolate sin gluten! Y si no, acordaros de que os corto el ascensor"
Como son amigas de mamá, se rieron mucho y le dieron la razón... Además le dijeron que era muy buena comparación.
Yo os lo cuento porque me ha parecido tan buena idea, que creo que lo podemos guardar en la memoria para poder utilizarlo cuando nos veamos en apuros.