Aventura sin gluten y sin problemas.

La semana pasada, mi tía nos preguntó si queríamos ir con ella a un sitio muy especial. Tan especial, ¡que hasta podríamos andar por los árboles!
Yo la semana que viene tengo muchos exámenes, pero al final decidimos que sí iríamos... Me sé los temas bastante bien, así que... ¡Podríamos aprovechar la invitación!

Así que... Danco Aventura nos esperaba.

Los que somos celíacos vivimos con la sensación de que la hora de la comida, cuando comemos fuera de casa, por un motivo o por otro, ¡siempre va a ir mal! Así que, cuando fuimos a busar las entradas, ya les comentamos que "somos celíacos"
Solo nos preguntaron cuántos éramos... Y de paso nos dijeron "que tendríamos que haberles avisado antes para prepararlo todo"
Apuntaron en nuestros tiquets de comida: ¡celíaco!
Yo miré a mi madre, y la ví molesta.
No nos preguntaron nada más... Ni volvieron a mencionar el tema... Así que la sensación que nos llevamos fue bastante desagradable... A la hora de la comida, ¡volveríamos a tener pelea!
Nos fuimos a las tirolinas de los más pequeños, dónde mis hermnaos y yo practicamos con los mosquetones y las poleas... ¡Nos divertimos un montón! Me encantan las tirolinas...
Después, como nos habíamos dividido en dos grupos, ya bajaba el primero de los árboles para quedarse con mis primos y mis hermanos, y ¡nos tocaba subir a nosotros!

Ellos se iban a comer con mi tío. Yo sé que mi madre ahí lo pasa un poco mal, porque no le gusta dejar nuestra comida "singlu" en manos de alguien que no domina la dieta... Pero confía en el tío, así que...
¡Nos subimos a los árboles!
La primera tirolina sobre el lago fue genial... Al principio tuve un poco de miedo, pero después, cuando me tiré, era como si estuviera volando... Llegué rapidísimo a la plataforma del otro lado y sentí que había volado como un pájaro.
Después teníamos que pasar por unos troncos que no paraban de moverse, y ahí me entró el pánico... ¡Yo sé que estoy perfectamente sujeta, y que nunca me va a pasar nada! pero me entró el pánico y quise bajar...
Mi padre y mi tía iban por delante, mi madre y yo más atrás... Así que ella bajó conmigo.

Nos fuimos al restaurante a comer, dimos los tiquets... Y cuándo mamá iba a contar toda la retahíla del gluten, la camarera nos dijo:
"se nos ha acabado el pan con gluten, solo nos queda uno de hamburguesa. ¿Se lo ponemos a la niña y a usted a cambio del pan que no tenemos, se lo compensamos con una ensalada?"
¡De piedra!
No solo sabían lo que era el gluten, si no que además tenían pan para mi, y por si eso fuera poco, como se les acaba, a mi madre le ofrecían una ensalada para compensar... ¡Increíble!
Además... Nos permitían elegir la comida, (que tenía el mismo precio la nuestra que la "conglu", baratísima) ¡comíamos a la carta! ¡a la carta! Y podíamos escoger lo que quisiéramos, ¡el lomo, el chorizo, la morcilla... La hamburguesa... Todo sin gluten! Lo preparaban a la parrilla, ¡y nada de lo hecho allí contenía gluten!
Así que podíamos elegir...
Ni os imagináis la sensación... ¡Podíamos elegir!  Yo estaba entusiasmada...
Y la ensalada de mi madre... ¡Buenísima! Y con vinagre de Módena sin gluten... ¡Una ensalada completa y muy grande!
Después nos enteramos, de que mi hermano se había pedido un bocadillo de lomo, que se lo pusieron con cebolla confitada, tomate, lechuga, pepinillo y cebolla... Además de patatas fritas...
¡Y el postre!
El postre sonsitía en helado... De tarrina, y por supuesto ¡sin gluten!

Vamos, vamos... Ha sido una comida, de las pocas en mi vida que he disfrutado... Sin problemas, sin explicaciones, todo clarito desde el primer momento... ¡Impresionante!
Son geniales...
No hemos tenido la oportunidad de decírselo en persona, así que se lo digo desde aquí:
¡Volveremos muy pronto, con nuestros amigos, porque ha sido un día tan increíble que queremos repetirlo muchas más veces!
Gracias por hacer que el momento de la comida, no haya quedado guardado en nuestra mente como algo negativo...
¡Gracias por hacernos felices a los celíacos también!