¿Como me siento?

Pues regular.


Hoy tengo un día tristón.


Esta mañana desayuné galletas de chocolate. ¡No había otra cosa! Y me gustan mucho... Pero también me gustaban mucho unos pastelitos dulces, ya no me acuerdo ni del nombre, pero tengo en mente aquel sabor.
Mañana mi madre nos va a hacer un bizcocho con pepitas de chocolate, que está riquísimo, pero echo de menos todas aquellas cosas que antes podía comer.
Hace mucho que no me pasaba esto. Pensé que ya nunca más me acordaría, pero no ha sido así.
Me gustaría poder escoger mi postre, o mi desayuno sin estar pendiente de que tenga gluten o no, me gustaría que mi padre comprara una barra de pan y comérnosla entre los dos, me gustaría ir a cumpleaños y no tener que explicar porqué no puedo tomar lo mismo que los demás, me gustaría ¡no ser celíaca!
Pero lo soy.
Y tengo que seguir mi dieta tanto si me gusta como si no.
Odio que me comparen. Siempre hay algún gracioso que dice: "ah, bueno. No tomas el pan y ya está. Mira a mi hijo no les gusta el queso, ni tampoco la leche y no le pasa nada"
¡Claro que no le pasa nada!  O bueno, si le pasa. Le pasa que es un caprichoso. Y tú también por dejar que se salga con la suya.
A mi no me gusta mi dieta, ¡NADA! y me aguanto.
Tampoco me gusta que me diferencien... "No a Sandra no que es celíaca" ¡Pero si eso ya lo sé yo! Deja que sea yo quien decida... ¡Me sentiré mucho mejor!
No, no me gusta que decidan mi dieta por mi. Me gusta ser yo quien diga "esto no lo puedo comer"
También estoy cansada de los padres de los demás niños celíacos. El otro día oí a uno decir: "ni hijo tiene una celiaquía muy leve"
¿Una celiaquía muy leve? ¿Y eso qué es?
No le pregunté, ¿para qué? ¡ya me sé la respuesta!
¡Su hijo, como tiene una celiaquía tan leve, puede tomar algo de gluten, que no le pasa nada!
¡Ahí queda eso!
Luego claro, llego yo, que exigo una dieta sin gluten, ¡absoluta! y les parezco un bicho raro. Raro y con una enfermedad gravísima, ¡claro! Porque yo no puedo comer ni una pizca de gluten.
¡Pobrecita!
¡Pues no! Ni soy rara, ni tengo una enfermedad gravísima.
Soy celíaca, y el medicamento necesario para curar mi enfermedad ¡es la dieta exenta, totalmente, de gluten!
Y así la quiero seguir. Y no me tengo que esconder de nadie, ni hacerla más "leve" a los ojos de los demás.

Los celíacos somos celíacos... Y la enfermedad celíaca no entiende de categorías...