Un día, cuando estábamos de vacaciones, mi madre me dijo que me tenía que ir a correr con ella.
¡A mi no me gusta el deporte! ¡No me gusta nada!
Y correr menos.
Y mi madre es corredora, y saltarina. Yo no.
Yo sabía el recorrido que mi madre hacía por las noches, ¡un montón! Así que me enfadé y le dije que no quería, que eso era demasiado para mi. Entonces ella me explicó, que solo haríamos dos kilómetros... ¡A mi dos kilómetros me parecieron demasiados!
Pero mi madre se empeñó en que tenía que acompañarla. Me enfadé muchísimo. ¡Pero muchísimo!
Y una de las cosas que le dije a mi madre, es que no quería ser celíaca, y que si ella no lo hubiese sido, yo tampoco lo sería.
Mi madre seguía corriendo y no me contestaba, y cuando ya estábamos llegando a casa, con los dos kilómetros largos recorridos, se paró y me dijo, que ella celíaca porque le había tocado. Y que nadie, jamás se lo había puesto fácil, ¡nunca! ni siquiera mi abuela, porque cuando a ella se lo habían diagnosticado, mi abuela no tenía ni idea de lo que era eso. Y que ella ahora, mi madre, trata de hacernos la vida más cómoda, y que estaba segura, de que lo estaba haciendo bien. Y que mi padre también. Pero que yo, lo primero que tenía que hacer era saber quien soy. Que yo soy Sandra, que tengo nueve años y que soy celíaca, me guste o no me guste, yo soy así. Y que igual que yo tengo que entender que esta soy yo, que ella también tenía que comprender, que yo era su hija, y que yo era así... Que hubiera preferido mil veces una hija que no fuera celíaca, y que le gustase la montaña y correr y nadar. Pero que yo era así, y que así me quería ella, ¡mucho! Porque lo primero que tenemos que hacer es conocernos y aceptarnos. Pero me decía mi madre, que eso pasaría cuando fuera más mayor, por eso no me tenía en cuenta el berrinche...
Yo seguí llorando y repitiéndole que no quería ser celíaca... ¡Hasta que mi madre se enfadó, muchísimo! Y entonces siguió corriendo más rápido.
Hoy creo que soy celíaca, y que si mi madre no lo fuera a lo mejor, lo seguiría siendo yo igual... O ¿quien sabe? Pero lo que está claro es que soy Sandra, tengo nueve años, y además de otras muchas cosas, también soy celíaca...
¡Ah! Y ¿sabéis lo que me contó hoy mi madre que me hizo mucha gracia?
Me dijo un secreto... Os lo cuento:
Dice que ser celíaca es una excusa perfecta para ligar... Que ella lo utilizaba mucho antes de conocer a papá, ¡incluso con papá!
Que cuando quería hablar con un chico, les decía que era celíaca, y que los chicos le preguntaban qué era eso, y ¡que ya estaba la conversación en marcha!
¿A que es genial?
Soy Sandra y tengo 14 años. Mi madre es celíaca y mis dos hermanos también. Por eso en casa lo vivimos con mucha normalidad. El problema llega cuando vas a comer a un restaurante... o a casa de algún amigo... empecé a escribir este blog cuando tenía 9 años, si me sigues, entenderás cómo se siente una niña celíaca y cómo va entendiendo su enfermedad. Si además compartes, entonces conseguiremos, que cada vez sean más los que conocen la Enfermedad Celíaca y todo lo que supone.
Yo soy celíaca y nadie más de mi familia lo es. Vamos, que no se sabe nunca.
ResponderEliminarYo tampoco quiero serlo pero... no se puede hacer nada o sea que... es mejor aceptarlo y llevarlo lo mejor posible.
Bsotes wapa,
Sonia
Sandra, quiere mucho a tu mami y cuídala. Ella te quiere y entiende más que nadie. Y creo que la que peor lo pasó al saber que tu eras celiaca, fue ella, precisamente porque ella también lo es y sabe de sobra por lo que tienes que pasar. Las madres, siempre nos sentimos culpables cuando les pasa algo a nuestros hijos aunque no tengamos culpa ninguna. Sin embargo, cuando hacemos la vida más agradable a los demás, muchas veces no se nos sabe reconocer el inmenso esfuerzo que tenemos que hacer. Hasta que no eres padre o madre, nunca se sabe lo egoista que somos los hijos, no lo olvides nunca. Por último, decirte que le leo siempre y se que tu madre es ESTUPENDA y se preocupa mucho por ti y por tus hermanos. Un beso enorme para ella y otro para ti.
ResponderEliminarNo te preocupes x eso sandra yo tengo un niño de dos añitos q es celiaco es vetdad q el no entiende toda via pero lo he enseñado q lo q le de la gente q pregunte q es y si tiene gluten y mi niño t dice q es celiaco y q tiene q comer sin gluten pero hoy en fia teneis de todo y cada dia ira mas avansado y ya mismo tendreis in tratamiento y esto se os corregira xq a mi me lo han mandado al facebook q lo esta investigando y con respecto a t madre ella jamas queria q t fueras celiaca xq yo a mi hijo no lo qieria para el y yo lo he pasado fatal besos sandra y animo q no eres la unica mi hijo es un bebe y tiene dos años
ResponderEliminarSandra, tu mamá que te quiere con locura, pretende que lo tengáis todo más fácil de lo que ella lo tuvo en su día. Todo será mucho más fácil si te aceptas como eres, Sandra, de 9 años, una niña celíaca y estupenda.
ResponderEliminarBesos.
Tienes toda la razón, es importante conocerse y aceptarse uno mismo. Pero creo que nunca nos acabamos de conocer porque según crecemos cambiamos, aunque pensemos que somos iguales.
ResponderEliminarSer celiaco no se puede cambiar, así que hay que asumirlo. No es para tanto y podría ser peor, dentro de lo posible hay que buscar el lado positivo. Y creo que tu madre lo encontró, jaja, ¡mírala que lista!
Sandra, ánimos que todo lo que tu madre te dice es porque te quiere mucho. Lo mejor es aceptar lo que nos a tocado, y como yo digo lo mejor es cambiar el "chip" y todo es más fácil para aceptarte.
ResponderEliminarBesitos guapa!!