Excursión

¡Hola!
Como ya os contó mi madre, la semana pasada he estado de excursión en una granja-escuela.
Iba muy contenta, y de hecho me lo pasé fenomenal, si no fuera por el tema de las comidas.
Como ya sabéis, a los que somos celíacos y a todos los demás que tenían alguna alergia, o alguna intolerancia, no de que se  sentaron juntos en la misma mesa.
Es curioso, porque, celíacos y no celíacos compartíamos mesa con pan, ¡con gluten!
Nosotros estábamos en una esquina, y el resto a continuación.
En frente, ¡más compañeros que no eran celíacos!
Yo aún no entiendo, porqué me tuvieron que sentar allí... En la mesa que ellos llamaban VIP, si ¡había gluten igual!
Para eso, que me hubiesen dejado con mis amigos.
El segundo día, hicimos magdalenas de chocolate, ¡como olían!
Pero también las preparamos con harina de trigo. Al día siguiente, dijeron los monitores que levantáramos la mano los que éramos celíacos, porque no las podíamos tomar... ¡El resto las comieron todos!
Me sentí señalada... No me gustó.
Yo sé que tengo que acostumbrarme a estas cosas, que las voy a vivir muchas veces durante toda mi vida, pero eso no quiere decir que me tenga que volver cómoda, y olvidarme de que tengo unos derechos y de que tengo que luchar para que se cumplan.
Yo soy celíaca, pero no soy un bicho raro. Tengo nueve años, y soy muy responsable. Sé perfectamente, que si me siento a comer en una mesa donde hay gluten, tengo que andarme con mucho ojo, y que no puedo bajar la guardia ni un solo segundo. Pero por lo menos habré comido con mis amigos...
El domingo comí con dos amigas que no son celiacas, y comimos en la misma mesa... ¡Y os puedo asegurar que no se ha caído ni una pizca de gluten en mi comida!
Y ¡eran mayoría las que podían tomar con gluten!
Y del tema magdalenas... ¡Aún no puedo ni hablar!
Se me atragantan sin haberlas probado.
En fin, que esto es lo que os quería contar...
Gracias a todos los que les habéis mandado las quejas a la granja...
Nosotros vamos a poner una queja formal.