Estas cosas sí que me llaman mucho la atención.
Mercadona lo ha conseguido. Ha conseguido que no haya diferencia de precio entre los mantecados con gluten y los que son aptos para nosotros los celíacos y alérgicos al gluten.
No sabemos cómo lo ha hecho, pero les voy a preguntar... porque es la primera vez que pasa.
Ya os contaré qué me dicen.
Y si Mercadona puede, estoy segurísima que los demás también.
Mercadona además sé que sigue los pasos de producción de los productos sin gluten muy concienzudamente, que sus alimentos son aptos y garantizados, eso ya me lo explicaron una vez. Pero es que además, no contienen aceite de palma.
Estoy contentísima!!!
¡Seguimos leyéndonos!
Soy Sandra y tengo 14 años. Mi madre es celíaca y mis dos hermanos también. Por eso en casa lo vivimos con mucha normalidad. El problema llega cuando vas a comer a un restaurante... o a casa de algún amigo... empecé a escribir este blog cuando tenía 9 años, si me sigues, entenderás cómo se siente una niña celíaca y cómo va entendiendo su enfermedad. Si además compartes, entonces conseguiremos, que cada vez sean más los que conocen la Enfermedad Celíaca y todo lo que supone.
miércoles, 25 de octubre de 2017
miércoles, 23 de agosto de 2017
Bizcocho de coco sin gluten
Bizcocho de coco
La panificadora de LIDL viene genial, porque mi madre, por ejemplo, prepara un bizcocho por la noche, para que esté recién hecho al día siguiente.
Además de saborear a diario un pastel recién hecho y con buenos ingredientes.
Una de las recetas que más nos gusta es ésta. Muy sana y con la que también se pueden hacer magdalenas. En vez de poner toda la masa en un molde grande, ponemos porciones en moldes pequeños y si además, añadimos por encima pepitas de chocolate, entonces ya es para caerse de espalda... ¡Rico, rico!
INGREDIENTES:
- 1 vaso y 1/2 de harina sin gluten- 1 vaso de harina de coco
- 3 huevos
- 1 yogurt de coco
- 1 vaso de azúcar.
- 1/2 vaso de aceite de girasol.
- 1/2 sobre de levadura Royal.
ELABORACIÓN:
¡Os encantará! ¡Prometido!
¡Seguimos leyéndonos!
Este bizcocho, lo he cogido de spezialia.blogspot.com
martes, 8 de agosto de 2017
¿Qué contienen nuestros alimentos sin gluten?
Hoy quiero hablaros de los cereales sin gluten.
Ayer, una amiga de mi madre, nos regaló una caja enorme de cereales singlu de la marca Hacendado.
Yo esos nunca los había probado.
Esta mañana los desayuné y me han encantado.
Solo me tomo la cantidad que cabe en un vaso, porque como tengo el colesterol alto, tengo que tener cuidado.
Y entonces es cuando yo me pregunto, ¿cuántos productos especiales para celíacos hay bajos en colesterol o sin azúcar?
¡Claro! Habrá quien me conteste que eso ya es rizar el rizo... que ¡bastante que los tenemos sin gluten! ¡Anda! a esa gente yo le diría que deberían dejar de sentarse en sillas. Que se sienten en el suelo para comer... ¡Bastante que hay suelo! ¿Para qué quieren las sillas?
Es un ejemplo muy malo, ya lo sé, pero es que me ponen de muy mal humor esa falta de empatía.
Ayer mi madre nos hizo buñuelos en el horno, para no freírlos y evitar así que contengan demasiado colesterol... en vez de mantequilla ella les pone aceite de coco y de oliva, pero solo una cucharada de cada. Son sanos y están muy ricos.
Pero ni las galletas, ni las magdalenas, ni los cereales son bajos en colesterol.
Y aunque no tuviéramos problemas de salud, ¿de verdad es sano comer esa comida con tanta grasa?
Uhmmm... creo que deberíamos mirar más lo que comemos.
¡Seguimos leyéndonos!
Ayer, una amiga de mi madre, nos regaló una caja enorme de cereales singlu de la marca Hacendado.
Yo esos nunca los había probado.
Esta mañana los desayuné y me han encantado.
Solo me tomo la cantidad que cabe en un vaso, porque como tengo el colesterol alto, tengo que tener cuidado.
Y entonces es cuando yo me pregunto, ¿cuántos productos especiales para celíacos hay bajos en colesterol o sin azúcar?
¡Claro! Habrá quien me conteste que eso ya es rizar el rizo... que ¡bastante que los tenemos sin gluten! ¡Anda! a esa gente yo le diría que deberían dejar de sentarse en sillas. Que se sienten en el suelo para comer... ¡Bastante que hay suelo! ¿Para qué quieren las sillas?
Es un ejemplo muy malo, ya lo sé, pero es que me ponen de muy mal humor esa falta de empatía.
Ayer mi madre nos hizo buñuelos en el horno, para no freírlos y evitar así que contengan demasiado colesterol... en vez de mantequilla ella les pone aceite de coco y de oliva, pero solo una cucharada de cada. Son sanos y están muy ricos.
Pero ni las galletas, ni las magdalenas, ni los cereales son bajos en colesterol.
Y aunque no tuviéramos problemas de salud, ¿de verdad es sano comer esa comida con tanta grasa?
Uhmmm... creo que deberíamos mirar más lo que comemos.
¡Seguimos leyéndonos!
miércoles, 2 de agosto de 2017
¿Dónde está el gluten?
Hace ya meses que os contaba que mi tiorides estaba enfermo.
Cuando era pequeña, me detectaron un hipotiroidismo severo, y que me lo empezaron a tratar con Eutorix 100
Cada seis meses me hago una revisión, y el año pasado, en una ecografía, además me dijeron que seguramente tuviera una enfermedad de Riedel.
Eso significa, que mi tioides se vuelve fibroso, muy fibroso y que poco a poco, va contagiando a todos los tejidos de alrededor.
En el mes de junio, tuve mi última revisión, ahora ya son cada cuatro meses. Esas revisiones consisten en analíticas cada vez y en una ecografía anual.
En junio mi tiroides estaba prácticamente igual que la última vez. Tenía tiroiditis,,, inflamadas algunas glándulas, pero de momento eso es casi normal.
La analítica se me complicó un poco más, porque pese a que la tiroxina estaba mejor y me redujeron la dosis de 100 a 88, apareció otra vez anemia y colesterol... ni rastro de los anticuerpos del gluten, pero eso es normal, porque siempre dieron negativos. Pero esa combinación de anemia y colesterol, a los médicos les dice que consumo gluten en algún momento. Yo he jurado y perjurado que no, pero no me creen. Así que nos pusimos a pensar, qué comía fuera de casa.
Alguna vez como con mis amigas en restaurantes de comida rápida, que se supone que el menú sin gluten que ofrecen es sin gluten... otras veces me compro chuches en la tienda de al lado de mi cole o de mi casa...
Pero las compro sin gluten y tengo mucho cuidado que no estén mezcladas... pero pensando pensando, en una de esas tiendas, las chuches están en cajas y yo las cojo con unas pinzas para meterlas en mi bolsa. Esas pinzas ruedan por el resto de cajas de chuches. Pero ¡tanto puede suponer ese pequeño contagio que a mí me produzca anemia y colesterol?
Pues he dejado de comprar esas chuches también... tomo hierro a diario y mi alimentación es baja en grasas. Bueno, eso como siempre, porque en casa mi madre nos hace todo, desde los bizcochos del desayuno, que a veces los hace con aceite de coco y otras con aceite de oliva, hasta la bollería más rica.
Estoy un poco cansada. Ayer por ejemplo me quedé dormida después de comer cuatro horas. ¡Uf! Pero he pasado unos días en el campamento con una actividad increíble... imagino que el cansancio de estos días venga por eso.
En septiembre vuelvo a hacerme analítica... ya os contaré.
Cuidaros mucho, de comer nada nada nada que contenga gluten. Observar todo muy bien.
¡Seguimos leyéndonos!
Cuando era pequeña, me detectaron un hipotiroidismo severo, y que me lo empezaron a tratar con Eutorix 100
Cada seis meses me hago una revisión, y el año pasado, en una ecografía, además me dijeron que seguramente tuviera una enfermedad de Riedel.
Eso significa, que mi tioides se vuelve fibroso, muy fibroso y que poco a poco, va contagiando a todos los tejidos de alrededor.
En el mes de junio, tuve mi última revisión, ahora ya son cada cuatro meses. Esas revisiones consisten en analíticas cada vez y en una ecografía anual.
En junio mi tiroides estaba prácticamente igual que la última vez. Tenía tiroiditis,,, inflamadas algunas glándulas, pero de momento eso es casi normal.
La analítica se me complicó un poco más, porque pese a que la tiroxina estaba mejor y me redujeron la dosis de 100 a 88, apareció otra vez anemia y colesterol... ni rastro de los anticuerpos del gluten, pero eso es normal, porque siempre dieron negativos. Pero esa combinación de anemia y colesterol, a los médicos les dice que consumo gluten en algún momento. Yo he jurado y perjurado que no, pero no me creen. Así que nos pusimos a pensar, qué comía fuera de casa.
Alguna vez como con mis amigas en restaurantes de comida rápida, que se supone que el menú sin gluten que ofrecen es sin gluten... otras veces me compro chuches en la tienda de al lado de mi cole o de mi casa...
Pero las compro sin gluten y tengo mucho cuidado que no estén mezcladas... pero pensando pensando, en una de esas tiendas, las chuches están en cajas y yo las cojo con unas pinzas para meterlas en mi bolsa. Esas pinzas ruedan por el resto de cajas de chuches. Pero ¡tanto puede suponer ese pequeño contagio que a mí me produzca anemia y colesterol?
Pues he dejado de comprar esas chuches también... tomo hierro a diario y mi alimentación es baja en grasas. Bueno, eso como siempre, porque en casa mi madre nos hace todo, desde los bizcochos del desayuno, que a veces los hace con aceite de coco y otras con aceite de oliva, hasta la bollería más rica.
Estoy un poco cansada. Ayer por ejemplo me quedé dormida después de comer cuatro horas. ¡Uf! Pero he pasado unos días en el campamento con una actividad increíble... imagino que el cansancio de estos días venga por eso.
En septiembre vuelvo a hacerme analítica... ya os contaré.
Cuidaros mucho, de comer nada nada nada que contenga gluten. Observar todo muy bien.
¡Seguimos leyéndonos!
lunes, 31 de julio de 2017
El reencuentro...
El sábado se terminó mi campamento Scout. Cada año es mejor!
Otras amigas de mamá, como María Ángeles también preparó cosas...
Y compramos unos globos para que Beatriz pudiera decorar la sala de la cena. Tampoco tengo fotos. Pero creo que estaba preciosa!
Esto fue el sábado 17 de junio... yo no estaba, justo era mi semana de exámenes. Pero hablé con mi madre a las 8:00 de la mañana del día siguiente y me contó todo. Me habló de sus amigas de siempre, eran cinco y a veces se juntaba otra chica más... Mónica Natalia, Ana Belén, Marífé, Adelina y ella que se llama Lucía Gemma. También Carolina, pero que mi madre no se acuerda mucho de ella.
Sus vecinos, Gaspar, Daniel y Jorge.
José Antonio el del Fresno, José Antonio el que canta la de la Mochila Azul, Mónica que también canta muy bien, Mari Luz, Belén, que estuvimos en su tienda alguna vez y es nuestra favorita, y muchos más nombres que no me acuerdo.
Mi madre conoce mucha gente, y habla con mucha gente, comparte tiempo con mucha gente y disfruta con mucha gente, pero pocas veces la he visto tan contenta.
Tengo que darle las gracias a Beatriz Pavón por la idea que ha hecho felices a todos y también a Sandra que se llama como yo, pero que no sé quien es, pero que también ayudó a organizar la cena.
Entre los 60 compañeros que fueron a la cena, había tres celíacas. Mi madre, que como ya sabéis fue la primera diagnosticada de Asturias, y dos chicas más...
Quiero imaginarme qué sentirían todos al verse después de tantos años.
A mí me quedan tres años en mi cole, después seguramente me tenga que ir fuera un año a estudiar. Quiero hacer medicina pero no me dará la nota, así que mientras me toca turno para entrar en la facultad de Oviedo y no, tendré que arreglármelas en otra universidad... eso o que haga biología.
Pero no me gustaría dejar de ver a mis compañeros nunca. La mayoría son amigos muy amigos y los iba a echar mucho de menos.
Pero me imagino que me gustará mucho volver a verles a todos 30 años después.
Algún día lo veré.
Gracias mami por compartir conmigo todos tus recuerdos.
Todas las madres son las mejores del mundo, pero es que además la mía, tiene un don: es capaz de hacernos estar contentos a todos.
Ojalá yo algún día yo pueda ser como ella.
Te quiero mami.
Hace unos días fue su cumple, tuve que arreglármelas para llamarla... sé que se emocionó mucho, y también sé que disimuló todo lo que pudo.
¡Felicidades mamá!
Gracias a todos por crear esa fiesta tan especial, y sobre todo, por ser de 1973 como mi madre.
Si los imagináramos, nunca seríamos capaces de pensar en compañeros mejores.
¡G R A C I A S!
Por cierto, la cena se hizo en un restaurante de Grado: Pepe el Bueno. Dice mi madre que le demos las gracias a los camareros porque se portan fenomenal con los celíacos. sobre todo a Rubén.
Así que, gracias también para ellos.
¡Seguimos leyéndonos!
Ayer mi madre y mis hermanos me fueron a recoger a Palencia, hasta allí me llevó mi padre. Fue un día muy especial.
Y hoy ya estoy en Asturias, el mejor sitio para pasar las vacaciones, ¡con mis abuelos!
Pero de eso quiero hablaros otro día, hoy tengo una entrada pendiente desde hace mucho tiempo. Tiene algo que ver con la Enfermedad Celíaca, pero no directamente.
Se trata de un reencuentro, de todos los que nacieron en el año 1973 en Grado. Un municipio único en Asturias, que tenéis que conocer.
La idea fue de Beatriz Pavón (en la foto de la izquierda). Un día se le ocurrió organizar una cena para que todos los que compartieron instituto, volvieran a verse. Mi madre no iba a ese instituto, porque mi abuela la llevó a otro colegio de monjas. Pero fue al cole a Grado.
Mi madre siempre nos dice que tenemos que ayudarnos en todo, que además de familia, somos un equipo, y que lo que nosotros hagamos ahora, es lo que cuando seamos mayores, transmitiremos a nuestros hijos.
Mi padre siempre dice que mi madre es muy especial, y es verdad.
Así que nos pusimos todos a trabajar con mucha ilusión, ¡Era la fiesta del 73!
Esto es lo que se nos ocurrió:
Hicimos más cosas... pero no tengo las fotos.
Otras amigas de mamá, como María Ángeles también preparó cosas...
Y compramos unos globos para que Beatriz pudiera decorar la sala de la cena. Tampoco tengo fotos. Pero creo que estaba preciosa!
Esto fue el sábado 17 de junio... yo no estaba, justo era mi semana de exámenes. Pero hablé con mi madre a las 8:00 de la mañana del día siguiente y me contó todo. Me habló de sus amigas de siempre, eran cinco y a veces se juntaba otra chica más... Mónica Natalia, Ana Belén, Marífé, Adelina y ella que se llama Lucía Gemma. También Carolina, pero que mi madre no se acuerda mucho de ella.
Sus vecinos, Gaspar, Daniel y Jorge.
José Antonio el del Fresno, José Antonio el que canta la de la Mochila Azul, Mónica que también canta muy bien, Mari Luz, Belén, que estuvimos en su tienda alguna vez y es nuestra favorita, y muchos más nombres que no me acuerdo.
Mi madre conoce mucha gente, y habla con mucha gente, comparte tiempo con mucha gente y disfruta con mucha gente, pero pocas veces la he visto tan contenta.
Tengo que darle las gracias a Beatriz Pavón por la idea que ha hecho felices a todos y también a Sandra que se llama como yo, pero que no sé quien es, pero que también ayudó a organizar la cena.
Entre los 60 compañeros que fueron a la cena, había tres celíacas. Mi madre, que como ya sabéis fue la primera diagnosticada de Asturias, y dos chicas más...
Quiero imaginarme qué sentirían todos al verse después de tantos años.
A mí me quedan tres años en mi cole, después seguramente me tenga que ir fuera un año a estudiar. Quiero hacer medicina pero no me dará la nota, así que mientras me toca turno para entrar en la facultad de Oviedo y no, tendré que arreglármelas en otra universidad... eso o que haga biología.
Pero no me gustaría dejar de ver a mis compañeros nunca. La mayoría son amigos muy amigos y los iba a echar mucho de menos.
Pero me imagino que me gustará mucho volver a verles a todos 30 años después.
Algún día lo veré.
Gracias mami por compartir conmigo todos tus recuerdos.
Todas las madres son las mejores del mundo, pero es que además la mía, tiene un don: es capaz de hacernos estar contentos a todos.
Ojalá yo algún día yo pueda ser como ella.
Te quiero mami.
Hace unos días fue su cumple, tuve que arreglármelas para llamarla... sé que se emocionó mucho, y también sé que disimuló todo lo que pudo.
¡Felicidades mamá!
Gracias a todos por crear esa fiesta tan especial, y sobre todo, por ser de 1973 como mi madre.
Si los imagináramos, nunca seríamos capaces de pensar en compañeros mejores.
¡G R A C I A S!
Por cierto, la cena se hizo en un restaurante de Grado: Pepe el Bueno. Dice mi madre que le demos las gracias a los camareros porque se portan fenomenal con los celíacos. sobre todo a Rubén.
Así que, gracias también para ellos.
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lunes, 29 de mayo de 2017
Muere un bebé de 7 meses porque sus padres le aplicaron una dieta sin gluten
Un titular que nos hace a todos abrir rápidamente la noticia, porque impacta.
Pero si pensamos un poco, ¿a qué edad empiezan los bebés a tomar gluten? Mi hermana pequeña empezó a los 8 meses. Y buscando en Google, se ve de todo. Pediatras que recomiendan empezar a tomar gluten a los 6 meses y pediatras que dicen que es mejor empezar justo al cumplir el año.
A mí me parece un disparate un titular así y escribiré a La Vanguardia para decirlo.
¿Qué es lo que quieren conseguir? ¿Llamar la atención? ¡Pues qué manera más pésima de hacerlo!
Un niño con 7 meses es un lactante. Ninguno de mis hermanos tomó gluten antes de los 8 meses, porque el pediatra que teníamos así se lo indicó a mi madre. Y aquí estamos, celíacos los tres, sí, dos con hipotiroidismo sí, pero como rosas.
Ahora vendrán los que se lo creen, y nos contarán que comer sin gluten es malo, y entonces me verán como una pobre enferma paranoica. Y cuando me inviten a comer a su casa, ellos se pondrán doble ración de gluten en su plato, para no ser como yo... que pobrecilla de mí, soy celíaca y en cualquier momento me puedo morir como el bebé del titular ese.
Gracias señores de La Vanguardia, por convertir mi Enfermedad Celíaca en un titular sensacionalista.
Ojalá y algún día habléis de la dieta sin gluten con más interés.
¡Seguimos leyéndonos!
Muere un bebé de 7 meses porque sus padres le aplicaron una dieta sin gluten
miércoles, 8 de marzo de 2017
Las personas celíacas consumimos más arsénico y mercurio
Hace unos días apareció una noticia que decía que las personas que somos celíacas, consumimos alimentos que contienen más arsénico.
Pero ¿qué es el arsénico?
Pues esto es lo que he encontrado:
Elemento químico de número atómico 33, masa atómica 74,92 y símbolo As ; es un elemento semimetálico sólido, de color gris metálico, que forma compuestos venenosos; se usa principalmente en la fabricación de vidrio para eliminar el color verde causado por las impurezas y en la fabricación de gases venenosos.
Y ¿Qué es el mercurio?
Elemento químico de número atómico 80, masa atómica 200,59 y símbolo Hg ; es un metal líquido a temperatura ordinaria, de color blanco plateado, brillante y denso, que se encuentra en la naturaleza en estado puro o combinado con plata, o en forma de sulfuro en el cinabrio; se usa principalmente en termómetros y barómetros, y también en aleaciones llamadas amalgamas.
"los vapores de mercurio son tóxicos"
¿Y por qué se dice que los que comemos sin gluten tenemos más arsénico y mercurio en nuestro cuerpo?
Pues muy fácil, porque sustituimos el trigo y los cereales que contienen gluten por derivados del arroz. Y en los cultivos del arroz, se utilizan como abono productos que contienen arsénico y mercurio.
Pues era lo que nos faltaba...
Podéis leer una de esas noticias aquí:
¡Seguimos leyéndonos!
lunes, 6 de marzo de 2017
En Australia investigan Gusanos que pueden curar la Enfermedad Celíaca
Hoy os voy a poner una noticia que leí, así tal cual, porque merece la pena que la leáis vosotros también. Si os la cuento yo, sé que se me va a olvidar algo y seguro que no lo cuento como es, porque es difícil.
Pero leedla por favor, merece la pena.
Mi hermano mayor que siempre tuvo muchas neumonías, pero muchas... algunos años ha tenido hasta 11 seguidas, y esas son muchas, pues le dijeron que tenía que tener animales en casa para evitar el asma. Nosotros tenemos perro, gato, loro y peces... y mi hermano ya tiene 15 años, casi nunca sufre neumonías ya, y ni rastro de asma, ni de alergias de otro tipo. Puede que no tenga nada que ver, pero...
www.vozpopuli.com/
Pero leedla por favor, merece la pena.
Mi hermano mayor que siempre tuvo muchas neumonías, pero muchas... algunos años ha tenido hasta 11 seguidas, y esas son muchas, pues le dijeron que tenía que tener animales en casa para evitar el asma. Nosotros tenemos perro, gato, loro y peces... y mi hermano ya tiene 15 años, casi nunca sufre neumonías ya, y ni rastro de asma, ni de alergias de otro tipo. Puede que no tenga nada que ver, pero...
www.vozpopuli.com/
Gloria (nombre ficticio) llega al laboratorio en la ciudad de Brisbane, en Australia, y el médico le pide que se siente en una silla. Gloria es celíaca, no puede ingerir ningún alimento que contenga gluten debido a que su sistema inmune ha destruido las células que producen las enzimas que ayudan a descomponer esta sustancia. Hoy se encuentra aquí para participar en un pequeño ensayo clínico en busca de un tratamiento para su enfermedad. El especialista se acerca a Gloria y le muestra una gasa humedecida que debe colocarse sobre el antebrazo durante un par de horas. La gasa contiene 20 larvas del gusano parásito Necator americanus con el que los médicos van a infectarla durante unas semanas y observar los efectos sobre su intolerancia al gluten.
Dos horas después, Gloria puede levantar la gasa y observa varios puntos rojizos en la piel. Son los lugares por los que han penetrado las larvas, que ahora se dirigen a sus pulmones a través de su flujo sanguíneo. En unos días, cuando alcancen un grado mayor de maduración, ascenderán por la traquea hasta alcanzar la garganta. Gloria toserá en algún momento y las larvas accederán a su esófago y por allí tendrán vía libre hacia su sistema digestivo, concretamente a su intestino, donde vivirán extrayendo pequeñas cantidades de sangre y sin causar mayores problemas.
El ensayo en el que participa Gloria se realizó en 2015 con 12 voluntarios celíacos que en las siguientes semanas fueron ingiriendo de forma gradual diferentes cantidades de comida con gluten para comprobar si las larvas habían modificado la reacción de su sistema inmune. Al final del proceso, todos los voluntarios pudieron comer un plato entero de pasta sin sufrir ninguna consecuencia. Y lo más impactante: cuando se les ofreció la posibilidad de tomar una pastilla para acabar con el parásito de sus intestinos, ninguno de ellos quiso tomarla.
“Queremos darle la vuelta a la tortilla y preguntarnos qué beneficios podemos sacar nosotros de ellos”
Este es uno de los trabajos coordinados por el grupo de Alex Loukas, en el Instituto Australiano de Salud y Medicina Tropical, en el que trabaja el español Javier Sotillo, quien lleva siete años en el centro y acaba de publicar en la revista Scientific Reports un estudio que demuestra el papel que tienen las proteínas segregadas por estos parásitos en nuestros intestinos. “Tradicionalmente se ha enfocado la parasitología como la búsqueda de una manera de acabar con estos ‘bichos malos’”, explica a Next. “Lo que hemos hecho aquí es darle la vuelta a la tortilla y preguntarnos qué beneficios podemos sacar nosotros de ellos”.
El interés por el papel de los parásitos en la regulación de nuestro sistema inmune se remonta a hace unas décadas, cuando empezó a aceptarse la llamada “hipótesis de la higiene”. Lo que parecen tener claro los inmunólogos es que el exceso de limpieza de las sociedades occidentales está correlacionada con la aparición de alergias y enfermedades autoinmunes. “Si coges un mapa del mundo”, explica Sotillo, “verás que donde hay mas enfermedades autoinmunes es donde hemos eliminado estos parásitos y bacterias en los últimos 50 años. Donde hay muchos parásitos hay pocas enfermedades autoinmunes y viceversa”.
Lo que sucede a nivel inmunológico es que los humanos hemos coevolucionado con una serie de organismos (parásitos o las propias bacterias que colonizan nuestro cuerpo), que siempre han generado una respuesta inflamatoria y de nuestros linfocitos. “Cuando no tenemos la exposición a estos parásitos y bacterias desde pequeños, estas respuestas antiinflamatorias se manifiestan en forma de alergias y otras enfermedades”, explica Sotillo. Es como si tuviéramos un ejército inmenso al que cuando no le dan trabajo le da por atacar al propio organismo. Y en algunos casos, introducir un agente externo para entretener a estos 'soldados' puede ayudar al sistema inmune a regularse y dejar de atacar al individuo.
Para sobrevivir, el gusano empieza a segregar sustancias antiinflamatorias y anticoagulantes
El estudio sobre el papel de los parásitos helmintos comenzó en la década de 1990, cuando se vio que algunas de las respuestas que desatan en nuestro organismo son antiinflamatorias y podrían ayudar a combatir enfermedades como la colitis o la enfermedad de Crohn, en las que la inflamación juega un papel principal. A este grupo de gusanos parásitos se los conoce porque son especies transmitidas por el suelo (STH, Soil Transmitted Helminths) y afectan, según un estudio de 2012, a más de 2.000 millones de personas. A diferencia del estudio controlado - donde solo se trabaja con 20 larvas - en los países menos desarrollados pueden inundar el organismo de algunas personas con centenares de individuos y provocar problemas de salud. Los que más interesan al grupo australiano son los denominados hookworms (gusanos de gancho), llamados así porque se anclan al intestino con una sujeción en forma de anzuelo. Cuando uno de estos gusanos se pega a la pared intestinal, nuestro sistema inmune desata todas las alarmas, así que si quiere sobrevivir el gusano empieza a segregar un montón de sustancias antiinflamatorias y anticoagulantes para minimizar el daño al hospedador y pasar todo lo desapercibido que pueda.
Es esta estrategia que le permite sobrevivir y no matar al hospedador la que ha hecho de los parásitos una fuente de posibles tratamientos. Como infectar a humanos con parásitos supone una barrera psicológica, se han hecho pruebas con huevos de gusanos que parasitan al cerdo que al ser ingeridas provocan una reacción similar, aunque tienen el inconveniente de que el tratamiento debe ser periódico y continuado. El equipo de Loukas ha obtenido permiso para reproducir el experimento de los gusanos contra la celiaquía en un grupo de 200 personas en Australia y Nueva Zelanda, pero paralelamente investigan en un sistema menos agresivo y que podría tener un desarrollo farmacéutico más sencillo: utilizar las proteínas que segregan los helmintos para tratar a los pacientes sin necesidad de introducir el parásito.
“Reintroducir un parásito que lleva años extinguido de los países del primer mundo no parece buena idea”, explica Sotillo. “Y también hay gente muy escéptica con esto o a la que no le gustaría infectarse con un parásito. Por eso, estamos viendo qué proteínas del gusano de gancho son antiinflamatorias y podrían estar implicadas en estos procesos”. El primer trabajo para analizar el papel de estas sustancias segregadas por los gusanos lo hizo su compañera Ivana Ferreira en 2012, con un modelo de ratón en el que podrían inducir colitis y vieron que las proteínas tenían un efecto antiinflamatorio inmediato y los animales se curaban. En el trabajo publicado hace unos días por Sotillo en Scientific Reports han analizado los efectos concretos de estas proteínas de los parásitos en las células intestinales epiteliales y en la lámina propia.
Gloria (nombre ficticio) llega al laboratorio en la ciudad de Brisbane, en Australia, y el médico le pide que se siente en una silla. Gloria es celíaca, no puede ingerir ningún alimento que contenga gluten debido a que su sistema inmune ha destruido las células que producen las enzimas que ayudan a descomponer esta sustancia. Hoy se encuentra aquí para participar en un pequeño ensayo clínico en busca de un tratamiento para su enfermedad. El especialista se acerca a Gloria y le muestra una gasa humedecida que debe colocarse sobre el antebrazo durante un par de horas. La gasa contiene 20 larvas del gusano parásito Necator americanus con el que los médicos van a infectarla durante unas semanas y observar los efectos sobre su intolerancia al gluten.
Dos horas después, Gloria puede levantar la gasa y observa varios puntos rojizos en la piel. Son los lugares por los que han penetrado las larvas, que ahora se dirigen a sus pulmones a través de su flujo sanguíneo. En unos días, cuando alcancen un grado mayor de maduración, ascenderán por la traquea hasta alcanzar la garganta. Gloria toserá en algún momento y las larvas accederán a su esófago y por allí tendrán vía libre hacia su sistema digestivo, concretamente a su intestino, donde vivirán extrayendo pequeñas cantidades de sangre y sin causar mayores problemas.
El ensayo en el que participa Gloria se realizó en 2015 con 12 voluntarios celíacos que en las siguientes semanas fueron ingiriendo de forma gradual diferentes cantidades de comida con gluten para comprobar si las larvas habían modificado la reacción de su sistema inmune. Al final del proceso, todos los voluntarios pudieron comer un plato entero de pasta sin sufrir ninguna consecuencia. Y lo más impactante: cuando se les ofreció la posibilidad de tomar una pastilla para acabar con el parásito de sus intestinos, ninguno de ellos quiso tomarla.
“Queremos darle la vuelta a la tortilla y preguntarnos qué beneficios podemos sacar nosotros de ellos”
Este es uno de los trabajos coordinados por el grupo de Alex Loukas, en el Instituto Australiano de Salud y Medicina Tropical, en el que trabaja el español Javier Sotillo, quien lleva siete años en el centro y acaba de publicar en la revista Scientific Reports un estudio que demuestra el papel que tienen las proteínas segregadas por estos parásitos en nuestros intestinos. “Tradicionalmente se ha enfocado la parasitología como la búsqueda de una manera de acabar con estos ‘bichos malos’”, explica a Next. “Lo que hemos hecho aquí es darle la vuelta a la tortilla y preguntarnos qué beneficios podemos sacar nosotros de ellos”.
El interés por el papel de los parásitos en la regulación de nuestro sistema inmune se remonta a hace unas décadas, cuando empezó a aceptarse la llamada “hipótesis de la higiene”. Lo que parecen tener claro los inmunólogos es que el exceso de limpieza de las sociedades occidentales está correlacionada con la aparición de alergias y enfermedades autoinmunes. “Si coges un mapa del mundo”, explica Sotillo, “verás que donde hay mas enfermedades autoinmunes es donde hemos eliminado estos parásitos y bacterias en los últimos 50 años. Donde hay muchos parásitos hay pocas enfermedades autoinmunes y viceversa”.
Lo que sucede a nivel inmunológico es que los humanos hemos coevolucionado con una serie de organismos (parásitos o las propias bacterias que colonizan nuestro cuerpo), que siempre han generado una respuesta inflamatoria y de nuestros linfocitos. “Cuando no tenemos la exposición a estos parásitos y bacterias desde pequeños, estas respuestas antiinflamatorias se manifiestan en forma de alergias y otras enfermedades”, explica Sotillo. Es como si tuviéramos un ejército inmenso al que cuando no le dan trabajo le da por atacar al propio organismo. Y en algunos casos, introducir un agente externo para entretener a estos 'soldados' puede ayudar al sistema inmune a regularse y dejar de atacar al individuo.
Para sobrevivir, el gusano empieza a segregar sustancias antiinflamatorias y anticoagulantes
El estudio sobre el papel de los parásitos helmintos comenzó en la década de 1990, cuando se vio que algunas de las respuestas que desatan en nuestro organismo son antiinflamatorias y podrían ayudar a combatir enfermedades como la colitis o la enfermedad de Crohn, en las que la inflamación juega un papel principal. A este grupo de gusanos parásitos se los conoce porque son especies transmitidas por el suelo (STH, Soil Transmitted Helminths) y afectan, según un estudio de 2012, a más de 2.000 millones de personas. A diferencia del estudio controlado - donde solo se trabaja con 20 larvas - en los países menos desarrollados pueden inundar el organismo de algunas personas con centenares de individuos y provocar problemas de salud. Los que más interesan al grupo australiano son los denominados hookworms (gusanos de gancho), llamados así porque se anclan al intestino con una sujeción en forma de anzuelo. Cuando uno de estos gusanos se pega a la pared intestinal, nuestro sistema inmune desata todas las alarmas, así que si quiere sobrevivir el gusano empieza a segregar un montón de sustancias antiinflamatorias y anticoagulantes para minimizar el daño al hospedador y pasar todo lo desapercibido que pueda.
Es esta estrategia que le permite sobrevivir y no matar al hospedador la que ha hecho de los parásitos una fuente de posibles tratamientos. Como infectar a humanos con parásitos supone una barrera psicológica, se han hecho pruebas con huevos de gusanos que parasitan al cerdo que al ser ingeridas provocan una reacción similar, aunque tienen el inconveniente de que el tratamiento debe ser periódico y continuado. El equipo de Loukas ha obtenido permiso para reproducir el experimento de los gusanos contra la celiaquía en un grupo de 200 personas en Australia y Nueva Zelanda, pero paralelamente investigan en un sistema menos agresivo y que podría tener un desarrollo farmacéutico más sencillo: utilizar las proteínas que segregan los helmintos para tratar a los pacientes sin necesidad de introducir el parásito.
“Reintroducir un parásito que lleva años extinguido de los países del primer mundo no parece buena idea”, explica Sotillo. “Y también hay gente muy escéptica con esto o a la que no le gustaría infectarse con un parásito. Por eso, estamos viendo qué proteínas del gusano de gancho son antiinflamatorias y podrían estar implicadas en estos procesos”. El primer trabajo para analizar el papel de estas sustancias segregadas por los gusanos lo hizo su compañera Ivana Ferreira en 2012, con un modelo de ratón en el que podrían inducir colitis y vieron que las proteínas tenían un efecto antiinflamatorio inmediato y los animales se curaban. En el trabajo publicado hace unos días por Sotillo en Scientific Reports han analizado los efectos concretos de estas proteínas de los parásitos en las células intestinales epiteliales y en la lámina propia.
Cuando introducen en estos ratones con colitis los productos de excreción/secreción del parásito Ancylostoma caninum, los efectos de la colitis son contrarrestados. En concreto, el mucus que actúa de barrera vuelve a segregarse y reaparecen otras proteínas involucradas en la homeostasis, en la regeneración del tejido y en recomponer la integridad intestinal. “Todo esto es básicamente para poder diseñar mejor los nuevos fármacos contra esta y otras enfermedades intestinales”, relata Sotillo. El objetivo es encontrar la proteína que hace efecto y luego sintetizar el péptido que realmente está actuando. De ese modo, se eliminarían los potenciales efectos secundarios y sería más fácil de sintetizar y producir en un laboratorio farmacéutico. “Es el primer paso para convertirlo en un futuro tratamiento”, concluye.
Referencia: Changes in protein expression after treatment with Ancylostoma caninum excretory/secretory products in a mouse model of colitis (Scientific Reports) doi: 10.1038/srep41883
martes, 14 de febrero de 2017
Animales celíacos
Esto me lo llevo preguntando yo hace mucho tiempo.
Yo tengo un perro, dos gatos, un loro, peces y caracoles. El perro es un dálmata adiestrado precioso y buenísimo. Flor, nuestra gatita, ya tiene 9 años. La encontramos en el jardín, era muy pequeña. el veterinario nos dijo que tendría 20 días... le dimos biberón y aquí está con nosotros feliz y nosotros con ella. El otro gato, Mini (porque es muy muy pequeño) tiene siete meses, y nos lo trajimos de Asturias escondido en el coche para que mi madre no se enterara.
Mini tiene un carácter muy especial. Es muy gruñón y se pasa el rato jugando y gruñendo, es muy muy muy divertido.
El loro, Mateo, lleva con nosotros muchos años, por lo menos 20. ¡Tiene más años que yo!
Los peces me los trajeron cuando era pequeña los Reyes Magos. Y los caracoles, que viven en el acuario, me los regaló mi amiga Claudia. Son rojos, ¡preciosos!
¿Y de quién os quiero hablar hoy? De mi gatita Flor.
Hace mucho tiempo que estaba malita, vomitaba mucho... fuimos al veterinario, y allí nos dijeron que tenía un problema.
Yo pensé, como somos tantos celíacos en mi familia, que a lo mejor ella también lo podía ser. Estuve buscando información y encontré que tanto perros como gatos no han evolucionado, por lo tanto su intestino tampoco. No están preparados para consumir grandes cantidades de gluten, y esto es lo que fabricantes de comida para dichos animales ignoran.
Nuestras mascotas, los perros y los gatos, no es que sean celíacos, es que su intestino no ha evolucionado lo suficiente como para poder digerir precisamente el gluten. Muchos fabricantes de pienso para animales, añaden cereales con gluten y eso provoca en muchas ocasiones problemas digestivos.
Así que, si puede ser, dadles a vuestros animales (gatos y perros) comida sin cereales, eso les ayudará a tener mejores digestiones, a estar más sanos y a ser más felices.
Por suerte, mi gatita Flor, no tenía ningún problema de rechazo al gluten, pero sí de hígado. Con un tratamiento, enseguida se recuperó, y ahora ya está sana y muy juguetona.
¡Seguimos leyéndonos!
viernes, 10 de febrero de 2017
Champú con gluten
Mi hermana pequeña, además de celíaca es alérgica al gluten.
Hace dos veranos, mi abuela le lavó el pelo con un champú que contenía avena. Ella no se acordó de que le podría hacer daño, y además, tampoco creía que un champú blanco y pastoso tuviera la suficiente avena como para que lo notase.
Pues ese día a mi hermana, después del baño, le picaba mucho la cabeza y el cuerpo.
Al día siguiente, empezó a aparecerle una costra por todo el cuerpo. La llevaron al médico, le recetaron corticoides y otro jarabe para el picor. Las ronchas del cuerpo y de la cara mejoraron, pero las del pelo crecieron. Poco a poco se convirtieron en lamparones blancos con relieve, como si fueran millones de granitos todos amontonados.
Estuvo así meses, hasta que poco a poco, se le fue pasando.
Bueno... pues yo me pregunto, ¡qué pasaría si yo, que no soy alérgica al gluten, pero sí celíaca, me lavo el pelo con un champú que contiene avena?
Pues no debería pasar nada, porque al lavarme el pelo, el gluten no entraría en contacto con mi intestino. A no ser, que un poquito, resbalara y terminara entrando en mi boca.
Claro que, también hay artículos que dicen, que a través de la piel, se filtraría a la sangre y nos dañaría igual.
Conclusión, como no está claro el daño que puede ocasionar, y como los expertos no se ponen de acuerdo, lo mejor es utilizar productos que no contengan gluten. Así evitaremos de todas todas el peligro.
Porque... si existen las dos opciones y sabemos que una es segura al máximo y la otra no... ¿Para qué nos la vamos a jugar?
En nuestra casa utilizamos todo sin gluten, así no habrá ningún problema.
¡Seguimos leyéndonos!
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