Hoy quiero escribir una carta singlu a quien le interese:

Queridos señores que pueden comer todo: tengo diez años y ya llevo más de dos con una dieta, que se llama dieta sin gluten, o dieta especial para los celíacos.
Quiero decirles que no me gusta. Y que si me gustan los donuts, las empanadas, los Tigretones y los bocadillos de calamares, sobre todo esos que se toman en la barra de un bar dónde huele a calamar frito y rebozado en harina con gluten.
Pero yo no puedo comer eso. ¿Por qué? Porque me hace daño... Y no, no me produce alergia, ¡no soy alérgica! Soy intolerante.
Entiendo que muchos no entendáis que quiere decir eso, pues os lo explico, es muy fácil.
Intolerante es aquel que no tolera, por ejemplo, cuando mi hermana pequeña lloraba, ¡yo no lo toleraba! Algunas veces hasta se me formaba dolor de cabeza. Pero me aguantaba, porque era mi hermana. Si tuviera alergia a sus lloriqueos, entonces me saldrían granitos.
Pues en el caso de la enfermedad celíaca es lo mismo. Somos intolerantes. No nos salen granos, ni nos asfixiamos, pero nos va haciendo daño en nuestro intestino delgado.
No es ningún capricho es una cosa muy seria.
Y además, ser celíaco no es una lotería. ¡Para nada!
No hay números, ni bombo, ni mucho menos sorteo.
A mi me ha tocado, y ni siquiera pensaba que me podría llegar.
Y también te puede llegar a ti, que estás leyendo esto y nunca habías oído hablar de esta enfermedad.
¿Te has parado a pensar alguna vez por qué te encuentras tan mal después de comer, o por qué tienes esa piel tan seca, o por qué tu tiroides no funciona bien, o por qué te sangra tanto la nariz, o por qué algunas veces no tienes fuerzas o estás muy enfadado o disgustado sin tener motivos?
Pues a lo mejor es el momento de preguntártelo... O de mirar a tu hijo o hija que es más pequeño, delgado o rollizo de lo normal... O que no estudia bien, que llora mucho, o que no puede jugar porque está muy cansado...
Cualquiera puede ser celíaco...
Querido señor conglu, la única diferencia entre usted y yo, es que comemos de manera diferente, pero también las personas que son vegetarianas, y no ponemos caras tan raras cuando piden sus comidas especiales... ¿Entonces, por qué a nosotros se nos mira así?
Somos celíacos, ¿ y qué?
Besitos y besotes para los celíacos y para todos los demás.